¿Quiere hablar sobre ello?

(Un hombre de unos 50 años de traje y con anteojos se encuentra sentado en una silla de madera, mientras toma apuntes en su libreta. Enfrente, una señora, de casi la misma edad que el señor, mira hacia el techo, a la espera de algo que rompa esta situación incomoda)

(El señor toma lentamente un vaso de agua, y luego dirige la mirada hacia la señora)


- ¿Maria no?
- Maria, si si, Maria me llamo. En realidad me llaman “Tota”, pero bueno, eso no importa, usted me pregunto mi nombre así que si, Maria me llamo. (Finaliza con un suspiro, denotando su alto grado de nerviosismo)
- Tranquila Maria, ¿quieres un vaso de agua?
- No, gracias.
- ¿Segura? Creo que lo necesita.
- Bueno, esta bien, un vaso de agua no me vendría mal.

(El señor agarra la jarra de vidrio que tiene a su costado y le sirve un vaso a Maria. Ella lo agarra, lo sostiene con temblor y traga toda el agua de repente)

- Cuénteme, ¿es su primera vez?
- ¿En que? ¿En esto?
- Si Maria, en esto.
- Entonces si, si, es la primera vez
- ¿Y porque razón ha decidido venir?
- Por ninguna
- Disculpe, ¿no tiene ninguna razón?
- Ninguna, mis hijos me obligaron a venir.
- Interesante (mientras apunta unas notas en la libreta)
- ¿Que cosa es interesante?
- Nada
- ¿Como que nada? ¿Que anota allí?
- No se si usted esta al tanto de cómo funciona esto.
- ¡Cállese la boca y dígame que acaba de escribir!
- No Maria, esto así no va a funcionar.
- Tiene razón, discúlpeme.

(Ni bien termina la frase se lanza sobre el escritorio estirando la mano con el objetivo de arrancarle la libreta al señor, este se resiste impidiendo que Maria se quede con sus anotaciones)

- Realmente necesita tranquilizarse Maria
- Ya lo se, disculpe. (mientras vuelve lentamente a su posición inicial) Es que no estoy muy acostumbrada vio.
- Me doy cuenta. Bueno, empecemos. Cuénteme, ¿como piensa que funciona este tema de la psicología?
- No lo se, usted me hace preguntas, yo le respondo. Le cuento de mi vida
- Me quedo con lo último. Usted me cuenta de su vida. Empecemos por allí.
- Bueno, ¿por donde empiezo? ¿por mi familia?
- Esa ya es una pregunta.
- No entiendo doctor
- No importa. Cuénteme, no pregunte, cuente.
- Bueno, empiezo por mi familia. Tengo dos hijos.
- Ajam, ¿nombres?
- Marcelo el mayor y Rodrigo el mas chico.
- ¿Edades?
- Marcelo treinta y uno y Rodrigo veintiséis
- Interesante. A los diecinueve tuvo a Rodrigo si mal no calcule.
- Así es. ¿Muy temprano?
- No se, ¿que piensa usted?
- ¿Sobre que?
- Sobre si lo tuvo a temprana edad. ¿Que piensa?
- Yo que se, puede ser.
- ¿Y cuénteme, trabajan sus hijos?
- Si
- ¿De que?
- ¿Qué le importa?
- ¿Disculpe...?
- ¿Que le importa de que trabajan?
- Me interesa.
- Trabajan y punto. Digamos que son doctores, ¿contento?
- Maria le recuerdo que para que este proceso funcione es esencial la confianza
- Tiene toda la razón. Mafiosos, en la mafia china trabajan mis hijos
- No Maria, sus hijos no son mafiosos.
- No va a decir lo mismo luego de encontrar a su perro muerto
- No tengo perro
- Entonces a su esposa
- ¿Me esta amenazando?
- No se, ¿que piensa usted?
- Yo pienso que si
- Interesante. ¿Quiere hablar sobre ello?
- ¿Sobre que?
- Sobre las amenazas. ¿Se siente amenazado doctor?
- Bueno, me parece que nos estamos yendo de tema.
- ¿Eugenio es su nombre no?
- Así es, pero eso no importa Maria, lo que importa es…
- Y cuénteme Eugenio, por cierto, ¿le gusta su nombre?
- Por supuesto que no, pero ese no es el tema, por lo que usted ha venido aquí es…
- Si tuviera la posibilidad de elegir un nuevo nombre, ¿cual seria?
- ¿Que importa eso?
- Importa, y mucho. ¿Cual seria Eugenio? ¿Cual?
- Digamos que Roberto. Y basta de preguntas.
- Vio que no era tan difícil. Y cuénteme, ¿Cómo esta compuesta su familia?
- Esto ya se esta yendo de las manos Maria, volvamos a usted. Cuénteme de sus proyectos.
- ¿Madre? ¿Padre? ¿Hermanos tal vez? ¿Vive con ellos?
- ¿Qué? Si Maria, con mi hermano y mi madre, mi padre falleció.
- ¿Nombres?
- Rosa mi madre, y Roberto mi hermano.
- Epa, interesante.
- ¿Que? ¿Que cosa es interesante?
- ¿Roberto dijo no? ¿Roberto se llama su hermano?
- Si, ¿y? ¿Qué tiene que ver?
- No, simplemente me pareció interesante, ya que es justamente Roberto el nombre que el usted le hubiera gustado llamarse. ¿No le parece interesante?
- ¿Que? ¡Pero por favor! Deje de decir tonterías. Dije Roberto por decir, para que se calle de una vez por todas. Y deje de preguntar por favor. ¡Aca el que hace las preguntas soy yo y punto!
- Cierra todo perfecto
- ¿Como? ¿Que cierra perfecto?
- Esta todo tan claro. Su padre fallece, dejando a cargo de su familia a su hermano.
- ¡Pero cállese la boca! (comienza a impacientarse)
- (elevando de a poco la voz) Usted, al ver a su hermano liderar la familia, lo envidia profundamente, quiere ser usted el que lleve a cabo la economía familiar, ser usted el jefe de casa.
- Pero por favor…(empieza a transpirar)
- (Mas alto todavía) Por eso dijo Roberto, no es casualidad. “Aca el que hace las preguntas soy yo y punto” (imitándolo) Usted, señor Eugenio, tiene una obsesión. Quiere dominar a toda costa, ya sea aquí o en su propia casa.
- ¿Que? (Ya todo rojo y empapado en transpiración)
- (Ya gritando) ¡Usted, Eugenio, quiere ser su hermano!
- ¡Si! (gritando) ¡Así es, quiero ser yo el hombre de la casa, quiero ser yo el que lleve a la familia al restaurant y pague la cuenta! ¿Sabe lo que es noche tras noche ver pagar a su hermano convirtiéndose en su padre? Gana menos que yo Maria. ¡Yo gano mas que el!
- Bueno, tranquilícese. Me parece que hemos logrado un gran avance, pero…
- Pero no, esto no va a quedar así Maria, no no no. Yo me voy a vengar, me las va a pagar una a una. (Eugenio se levanta de la silla)
- Me esta asustando doctor.
- Y para cuando me vengue, ya vas a ver, voy a ser yo el líder, el capitán ¡El Furher!

(Maria se levanta lentamente y se dirige en marcha atrás hacia la puerta, mientras observa al doctor, ya ahora parado arriba de la silla, gritando, haciendo gestos con la manos al estilo Mussolini. Maria logra agarrar el picaporte, abre la puerta, y se va lentamente)

Sos un inútil

“Sos un inútil. Inútil para hacerte la cama, inútil para tomar un café sin mancharte, inútil para hacer el amor, inútil para hacer un huevo frito sin que se rompa la yema”, en definitiva, un inútil para muchas cosas más. Pero esa lista enorme de inutilidades no me afectó, ya sabía que era inútil para esas cosas, es mas, llevo toda mi vida escuchando eso, me lo dijeron mi madre, mi ex novia, mi maestra, hasta mi sobrino. Pero lo que más me dolió fue la última parte del listado: sos inútil para vivir.
Dijo eso y cerró la puerta de nuestra casa, bueno, desde ahora mi casa, porque no creo que Maria vaya a volver. Eso era nuevo, nadie me lo había dicho jamás. “inútil para vivir” ¿A que se refiere con eso? Como una persona puede ser inútil para vivir. Justamente yo me caracterizo por eso, he pasado por miles de peleas, desamores, problemas económicos, hasta estuve al borde de la muerte, y sin embargo aquí estoy, vivito y coleando. Si en algo soy útil en esta vida es para vivir.
El tema es que no pegué un ojo en toda la noche pensando en lo que me había dicho.
¿Seré realmente un inútil para vivir? Entonces por primera vez en mi vida me apareció en la cabeza una idea que jamás se me había cruzado: Suicidarme.
Seria una estupidez irme de este mundo por el simple comentario de una persona. ¿Será verdad? No lo se, pero pasadas las tres de la mañana ya había pensado mas de veinte maneras de suicidarme. La primer idea que me surgió fue cortarme las venas. Clásica, pero la descarté al instante. Ya el solo hecho de pensar en ese liquido rojo saliendo de mi brazo y manchando toda la alfombra me hacia desmayar.
Luego pensé en agujas. Fácil. Agarro la jeringa que tengo en el baño y listo, la lleno de aire y me la inyecto a las... demasiado dolor, mejor no.
Después me pregunte ¿Por qué no morir de manera heroica? Me subo a la terraza, me paro en el borde y me lanzo. Como las películas, ya me lo imagino, miles de cámaras enfocándome, helicópteros con policías diciéndome por megáfonos que no me tire, millones de niños viéndome como un ejemplo de protesta (protesta de que no se, pero de seguro ya se me va a ocurrir). Listo, la muerte perfecta, si no le tuviera miedo a las alturas de seguro ya estaría en la terraza.
Después de descartar la horca y la pistola entre más opciones me di cuenta de algo: Soy inútil para morirme. Efectivamente, no solamente soy inútil para vivir, sino que también lo soy para morir. No tengo las condiciones necesarias para vivir la vida ni tampoco las agallas necesarias para quitármela. Es comos si dios y la muerte estarían jugando una partida de ajedrez, la cual su desenlace decidirá si yo me quedo entre los vivos o no. Y lo peor de todo es que no se para que lado tirar, ya a esta altura de la noche no se ni lo que prefiero. Lo único que deseo es que haya un jaque mate lo antes posible, me explota la cabeza, estoy traspirando como un animal y mi corazón late sin parar.






- Jaque Mate.
- La puta madre
- Otra vez será barba
- Está bien, no me calienta, igualmente este tipo no valía nada, el tema es que no tengo mas lugar acá arriba viste.
- No reprimas tu ira, sacala afuera.
- Increíble, me ganas una de mil y te pensás que sos Dios
- No diga su nombre en vano señor
- Jaja, me matas de la risa.
- Es mi especialidad. Mamá siempre me dijo que de grande iba a ser comediante.
- Estuvo cerca la vieja.
- Y bueno, de algo hay que vivir. Igual no me quejo, mal no me va, más ahora que estoy de racha.
- ¿De que murió el pobre inútil?
- Paro cardiaco
- Original lo tuyo.
- Estoy en proceso de creación, el tema es que con tantas victorias seguidas se me están acabando las ideas viste…
- Doble o nada.
- ¿Disculpa?
- Me escuchaste bien. ¡Doble o Nada! Si gano, le devolves la vida al señor.
- ¿Y si gano yo?
- Te llevas a su perro también
- No lo se… ¿Un perro? No para de ladrar, deja soretes por el camino…
- ¿Que pasa? ¿Tenes miedo?
- ¿Miedo? Prepara mas café Dios, esta vez empiezo yo.