Azul Pared


Nunca quiso ser astronauta, ni un presidente, menos aun un doctor. Su madre quería que sea piloto, su padre, un importante contador. No es que decía que cuando sea grande quería ser escritor, pero él sabia que su camino iría por ahí, si no era esa calle era la paralela. De pequeño escribía poco y nada obviamente, con un family y una tele al lado ninguna batalla alguna podía dar un lápiz y una hoja. A los pocos años de edad ese niño tomo coraje, destapo su marcador favorito y empezó a correr por toda su casa. El fibrón azul dejó su marca en cada pasillo. No se si le encuentra algún sentido hoy en día, pero en su momento seguramente lo tenía, o eso espera. Digo eso espera porque ese niño que un día agarro un marcador y se puso a correr por su casa, fue ese mismo niño que se fue corriendo a su cuarto, a la espera de sus padres. Llegando la noche, padre y madre llegaron de sus trabajos, y al ver la obra de arte en su nuevo empapelado, fueron buscar explicaciones al cuarto de su hijo. Obviamente la puerta estaba cerrada con llave, y sin explicación alguna se fueron a su habitación. Unos años mas tarde esa puerta se abrió, y el niño por fin salio a su pasillo. Y fue allí, donde ese niño, ya ahora con sus primeros pelos en la cara, se dio cuenta de algo, tenia que buscar otra manera de expresarse que no sea en el nuevo empapelado de su madre. Fue desde ese día que agarro el marcador y no paro hasta el día de hoy. Escribió y escribió, pero ya ahora siempre sobre un papel, y nunca más sobre una pared.

El titulo es lo de menos...

La historia comienza obviamente con un joven, que vive su vida feliz, lleno de paz y armonía junto a su familia y amigos. De pronto, mientras corría descalzo por los matorrales tomando su tradicional jugo de arándano, un hombre se acerca y le encarga una difícil misión. Sorprendido y asustado, el joven se rehúsa a cumplir el encomendado, pero esa no es una respuesta posible y decide aceptar la misión y salvar al mundo.

Por supuesto que no emprenderá este viaje solo, siempre tendrá a su lado a su fiel amigo, mas cobarde que el mismo joven, pero con la valentía para salvar la vida de su amigo llegando mas o menos a la mitad del libro. No hay que olvidar que durante la historia aparecerá un viejo sabio, que lo guiara y actuara como consejero de este joven inexperto con el correr de las páginas.

Pasando la mitad del libro el joven es tentado por el mal, pero el se resiste y lo combate, venciendo al lado oscuro y salvando a toda la humanidad. Entonces vuelve a su casa y final feliz.

Todas las historias son iguales. Píenselo, por un momento recuerde las últimas aventuras que ha escuchado hablar y verá como todas tienen exactamente la misma estructura. Un día me cansé y cerré “El Señor de los Anillos” en la página 200.

¡Basta de irrealidades!, basta de fotocopias de David que vencen a Goliat con una piedra, basta de todo eso tan igual.

Bendito sea Groucho, benditos sean sus hermanos. Bendito sea “el Negro” Fontanarrosa y sus historias tan comunes. Y alabado sea el señor Woody Allen, que nos miras desde un departamento en la ciudad de Manhatthan.

Protege a las historias inspiradas en no más que en la simple realidad, sus historias tan comunes y sus problemas tan complejos.

Que vuelvan las lecturas sobre la vida misma y a dejar las aventuras para los domingos a la noche por I-sat.

Amén.